miércoles, 21 de diciembre de 2016

Isabel II: De símbolo del liberalismo a la deshonra de España

El año 1833 Fernando VII moría y con ello se abría una disputa por la sucesión a la corona. Este hecho vino motivado por la abolición de Fernando VII de la Ley Sálica, ley que impedía reinar a su hija y daba prioridad a su hermano. No obstante, una vez abolida la citada ley, el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, perdía sus derechos para gobernar a favor de su sobrina. Fue, precisamente, este aspecto lo que provocó el inicio de una serie de guerras civiles llamadas guerras carlistas, que tuvieron incidencia a lo largo de todo el siglo XIX. En ellas se enfrentaron dos bandos, uno defensor de Carlos María Isidro y otro de la legítima Princesa de Asturias: Isabel II. El primero de los bandos agrupó a todas las fuerzas más reaccionarias y defensoras del Antiguo Régimen, mientras el segundo atrajo entre sus filas a los grupos liberales. Finalmente, aunque no exenta de conflictos, la corona recayó en manos de Isabel.

       El reinado efectivo de Isabel II comenzó en 1843. En un primer momento, la imagen que transmitió la monarquía fue la de una institución renovadora que llevaría al país por la senda liberal. Sin embargo, la decantación de la reina por la facción menos reformista del liberalismo, su desastrosa vida amorosa y su ineficacia para resolver los problemas políticos, hicieron que pasara a ser una reina poco popularidad, que acabó siendo expulsada del trono en 1868. Isabel II fue, como bien indicó su coetáneo Benito Pérez Galdós, "la reina de los tristes destinos".


Retrato de Isabel II, reina de España, Fotografía de Jacinta Lluch Valero, pintado por Bernardo López [CC BY-SA 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)]
Disponible en: https://goo.gl/thHNsJ

No hay comentarios:

Publicar un comentario